Entre las sombras del sueño le canto
al duende juguetón de primavera
que come fruto negro de la higuera
y sin vergüenza desnuda su encanto.
Dormido en los brazos de un esperpento
le muerde los labios a una hechicera
que con su negro pelo en bandolera
llena mis noche de hechizo y quebranto.
Junto a la almohada, un bostezo lento
abre una herida en el vientre del aire
y el eco perezoso de su llanto
envuelve la mañana con su aliento
y mostrando valentía y donaire
juega en
la vagina del firmamento.
No hay comentarios:
Publicar un comentario