Como la risa inocente del viento
que cada madrugada entre tus
labios
de miel tostada, olvida los
agravios
y generosa publica su encanto.
Yo quemo mi dolor a fuego lento
entre las hojas de los
calendarios
que ocultan entre sus gritos
lunarios
el orgullo, y los sueños de un
lamento.
Vuelo en las lagrimas negras de un llanto
despeinando las canas de una nube
que a lomos de un caballo
desbocado
galopa veloz por el firmamento
imitando a la cometa que sube
para ver el paraíso soñado.
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