Cuando las estrellas velan mis
noches
y los recuerdos por mi piel
afloran
las manos blancas del sueño
aminoran
el dolor que me causan tus
reproches.
Busco en los pechos blancos del
olvido
el calor que no me quisiste dar
y en su ternura trato de
encontrar
el amor que tu me tienes
prohibido.
Caminando: solo, triste y vencido
por los caminos de la soledad
lloro como un soldado malherido
llevando en mis boca un beso
encendido
y en mis pasos la firme voluntad
de recuperar el tiempo perdido.
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